Mario del Valle Moronta Rodríguez, una de las figuras influyentes de la Iglesia Católica venezolana, falleció este lunes 4 de agosto a los 76 años de edad. Su vida se caracterizó por su compromiso pastoral, un rol activo en la defensa de los derechos humanos y una postura crítica frente al poder, que le valió el respeto de la población y el rechazo de las autoridades.
Monseñor Moronta, que fue ordenado obispo en 1990 por el papa Juan Pablo II, dedicó su ministerio al servicio de Dios y su pueblo. Su carrera pastoral lo llevó a la Diócesis de Los Teques en 1995 y, posteriormente, en 1999, a la Diócesis de San Cristóbal, en el estado Táchira.
En el Táchira, una región fronteriza con Colombia, Moronta se ganó el respeto de la población. Su labor pastoral se centró en el fortalecimiento de la fraternidad sacerdotal, la cercanía con el presbiterio y la atención a las comunidades más necesitadas. Su visión lo llevó a convocar y realizar el 2do y 3er Sínodo Diocesano y a fortalecer las parroquias. A través de las redes sociales, llegó a un público más amplio con misas, charlas y reflexiones diarias.
Voz crítica frente al poder y la crisis social
A pesar de haber sido identificado en sus inicios con Hugo Chávez, la postura de monseñor Moronta evolucionó hasta convertirse en una voz incómoda para el régimen venezolano. Su compromiso con los derechos humanos y la justicia le causó reiterados conflictos con las autoridades.