La fábrica Nutrition Bar Confectioners, ubicada en Cato, Nueva York, fue el escenario más reciente de una redada de inmigración. La normalidad se quebró cuando algunos empleados se asomaron por la ventana y observaron agentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) .
“Rodearon la compañía, toda la gente se espantó, les dio miedo, y nosotros nos quedamos ahí, no nos quisimos mover”, relata a CNN un residente legal estadounidense originario de Guatemala que se encontraba trabajando en la fábrica y que pidió no ser identificado con su nombre por temor a represalias a pesar de tener documentos.
El miedo fue mucho mayor poco después. Se escucharon gritos por la llegada de los agentes, algunas personas lloraban, “especialmente las mujeres que tienen niños”, dijo el trabajador.
Cuando la gente quiso moverse, las fuerzas federales ya estaban dentro de la compañía. Ingresaron directamente por los empleados, sin tratar de hablar con el dueño antes, menciona el trabajador guatemalteco.
Subieron a los migrantes detenidos a furgonetas, para ser llevados a diferentes condados, dijo Wilmer Jiménez, director de Programación de Rural & Migrant Ministry (RMM), organización sin fines de lucro que está ayudando en esta situación y que conoce a varias de las personas detenidas.
La redada migratoria duró unas tres horas, desde la llegada de los agentes hasta la salida de las furgonetas, de acuerdo con el trabajador.
Jiménez, de RMM, aseguró que entre 60 y 70 personas fueron detenidas, prácticamente toda la fuerza laboral de la fábrica, incluso migrantes con permisos de trabajo.
Fuente: CNN Español