La aviación comercial en Venezuela enfrenta una semana marcada por interrupciones luego de que, desde el sábado, más de una veintena de vuelos fueran cancelados tras la alerta emitida por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), que recomendó extremar precauciones al transitar por el espacio aéreo venezolano y zonas del sur del Caribe, reseña Versión Final.
La advertencia generó una cadena de suspensiones por parte de varias aerolíneas internacionales que operan en el país. Iberia fue la primera en anunciar la interrupción de sus conexiones con Madrid, decisión que se prolongará al menos hasta el 1 de diciembre. TAP también detuvo operaciones para dos vuelos programados entre Lisboa y Caracas, mientras que Air Europa canceló su itinerario del 25 de noviembre, a la espera de condiciones que consideren seguras para reanudar actividades.
La medida impactó igualmente las rutas regionales. Avianca suspendió sus vuelos entre Bogotá y la capital venezolana, y Latam replicó la decisión para sus operaciones previstas entre ambas ciudades. En la ruta Caracas–Estambul, Turkish Airlines dejó sin efecto cinco vuelos previstos entre el 24 y 28 de noviembre, a pesar de ser una de las aerolíneas con mayor frecuencia en el aeropuerto de Maiquetía.
Desde Brasil, GOL eliminó dos salidas hacia Caracas durante el fin de semana, y Plus Ultra informó que no operará el vuelo programado para este martes entre España y Venezuela.
Aunque varias aerolíneas nacionales mantienen su programación habitual, también se registraron ajustes: Estelar pospuso sus vuelos hacia Madrid durante varios días y Laser reprogramó una de sus salidas internacionales.
En medio de la creciente incertidumbre del sector, la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) solicitó a los países involucrados mayor coordinación para evaluar los riesgos en la zona y proporcionar información clara a las compañías aéreas.
El Gobierno venezolano se reunió este lunes con representantes de distintas aerolíneas para definir estrategias que permitan sostener la conectividad aérea, mientras continúa el monitoreo de la situación en el espacio aéreo regional.


