Bajo la mirada maternal de Nuestra Señora del Socorro, patrona de Valencia, la Basílica Catedral, fue el centro de encuentro de un nutrido número de clérigos y cientos de fieles, que se unieron al altar de Dios, este sábado 26 de abril de 2025, para pedir por el alma y agradecer por el pontificado, del Papa Francisco, quien partió a la Casa del Padre el pasado lunes 21 de abril, a los 88 años de edad.
La celebración fue presidida por el Arzobispo de Valencia y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, el Excmo. Mons. Jesús González de Zárate Salas, en su homilía expresó sus más profundas palabras de gratitud por la vida y acción pastoral de Francisco.
“La Iglesia y el mundo llora la partida de quien, como Sucesor del apóstol Pedro, presidió en la caridad a la Iglesia universal por más de doce años, y agradece a Dios sus grandes y pequeños gestos de atención pastoral y su magisterio de gran profundidad y alcance evangelizador”, manifestó el arzobispo de Valencia al inicio de su reflexión; evocando no sólo la tristeza sino la esperanza que vive la Iglesia.
El también presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, agregó: “Lo llora Venezuela, siempre tan cercana al corazón del Papa Francisco y motivo permanente de su oración, quien agradece su constante preocupación por la vida de nuestra patria, y el regalo de la canonización del Dr. José Gregorio Hernández y Madre Carmen Rendiles”.

El prelado carabobeño enfatizó que durante el ministerio de Francisco abordó diversos temas pastorales: “La misericordia es un tema central en el magisterio del Papa. Así lo expresa su lema episcopal que constituye todo un programa de su vida y de su ministerio pastoral, «miserando atque eligendo», esto es «habiendo tenido misericordia de Él y lo eligió». Por eso llevó adelante iniciativas tan significativas como el Año Santo de la Misericordia celebrado a partir del 8 de diciembre de 2015”.
Monseñor González Zárate recordó la convocatoria del Santo Padre, “Por eso nos invitó a «primerear», a saber adelantarnos, a tomar la iniciativa sin miedo, a salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos, para invitar a los excluidos. A experimentar un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva”.
El arzobispo de Valencia colocó el alma del Papa Francisco en las manos de la Virgen María, así lo exhortó al concluir su reflexión, “Encomendemos a la maternal intercesión de la Virgen María, la que ruega por nosotros «ahora y en la hora de nuestra muerte», al Pastor fiel y solícito, cuyos restos mortales, desde hoy, descansan hasta la hora del juicio definitivo, junto a su altar”.
En el homenaje que se brindó en Valencia – Venezuela, al primer pontífice latinoamericano estuvieron presentes representes del gobierno regional, de la sociedad civil, líderes de otras confesiones religiosas y centenares de fieles de distintas comunidades parroquiales del estado Carabobo.

Con un espíritu de gratitud y esperanza, la Arquidiócesis de Valencia, en Venezuela en comunión con la Iglesia Universal despidió al 266º sucesor del apóstol Pedro: un pastor humilde, un servidor apasionado del Evangelio y un hombre que supo vivir y morir «con olor a ovejas».
Prensa Arquidiócesis de Valencia.