La Basílica Menor Santuario Nacional Nuestra Señora de Coromoto, en Guanare, volvió a convertirse en el corazón de la religiosidad venezolana durante los días de fiesta por los 373 años de la aparición de la Virgen María al cacique Coromoto, en 1652.
Feligreses de distintas regiones del país se congregaron para rendir tributo a la Patrona de Venezuela, en celebraciones litúrgicas y culturales que reafirmaron la devoción a la Madre de Dios.
En su homilía del pasado 8 de septiembre, el monseñor Owaldo Araque, obispo de Guanare, llamó a los fieles a vivir estas fiestas con espíritu de conversión: “Esta fiesta debe renovar el corazón de los venezolanos, vivir verdaderamente el sentido de María que se hizo madre de Jesús y madre nuestra, al aparecer en estas tierras llaneras para quedarse junto a los venezolanos. Somos privilegiados de tenerla aquí entre nosotros”.
Historia de la aparición
La tradición señala que en 1652 la Virgen se le apareció al cacique Coromoto y a su esposa en el río Tucupido, cerca de Guanare. Según los relatos, la Bella Señora les dijo en su idioma: “Vayan a casa de los blancos y pídanles que les echen el agua en la cabeza para poder ir al cielo”, invitándolos al bautismo.
Tras una segunda aparición en la choza del cacique, la Virgen dejó como signo la reliquia de su imagen, que hoy se conserva en el santuario nacional. Con el tiempo, los indígenas Cospes formaron una comunidad cristiana guiada por frailes capuchinos como fray José de Nájera.
La Virgen de Coromoto fue proclamada Patrona de Venezuela por Pío XII el 7 de octubre de 1944. Posteriormente, el mismo pontífice declaró basílica al santuario en 1949 y autorizó su coronación canónica en 1952.
Décadas después, el 10 de febrero de 1996, san Juan Pablo II inauguró el actual Santuario Nacional en Guanare, en el mismo lugar de las apariciones.
Fuente: El Nacional