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Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Rusia, Vladímir Putin, se encontrarán este viernes en Anchorage, Alaska, en lo que representa la primera cumbre entre ambos desde el inicio de la guerra en Ucrania. La reunión está programada para las 11:30 hora local (4:30 hrs Vzla) y será el primer encuentro presencial desde que Trump asumió nuevamente la presidencia a principios de 2025.

El historial de contactos entre ambos líderes se remonta a 2017, con varias reuniones en cumbres del G20, incluyendo las de HamburgoHelsinki y Osaka. La última reunión se llevó a cabo en Japón en junio de 2019. Desde entonces, bajo la administración del presidente Joe Biden, solo ha habido una cumbre en Ginebra en 2021.

Según el diario El Mundo, Trump ha descrito este encuentro como una «reunión de tanteo» destinada a evaluar las demandas rusas, asegurando que «probablemente en los primeros dos minutos sabré si se puede llegar a un acuerdo». Además, manifestó su compromiso de poner fin al conflicto en los primeros 100 días de su mandato.

La parte rusa ha mantenido discreción respecto a la cumbre, limitándose a confirmar la fecha y el lugar del encuentro, que se llevará a cabo a solas, con solo traductores presentes. Trump ha expresado su deseo de facilitar una reunión entre Putin y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aunque persisten diferencias significativas sobre la cesión de territorios.

La ausencia de Ucrania en las conversaciones ha generado inquietud en Kiev y en diversas capitales europeas, que temen posibles concesiones unilaterales. El canciller alemán, Friedrich Merz, ha enfatizado a Trump la importancia de respetar las fronteras y garantizar la seguridad de Ucrania, señalando que «las fronteras no pueden cambiarse por la fuerza».

Europa ha solicitado mantener las sanciones sobre Rusia y asegurar garantías de seguridad, aunque no estará oficialmente representada en las negociaciones de Alaska. El presidente francés, Emmanuel Macron, declaró que la OTAN no se involucrará en estas garantías si se alcanza un acuerdo, dejando la responsabilidad en manos de Washington.

Putin llega a la cumbre con demandas específicas, que incluyen frenar la entrada de Ucrania en la OTAN, su desarme y la cesión formal de los territorios ocupados, controlados por Rusia en un 20% del territorio ucraniano. A la par, Moscú ha intensificado sus operaciones militares en Donetsk y Zaporiyia.

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