La Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), a través de su Clínica de Prevención del Cáncer (CPC), enfatiza la profunda conexión entre la microbiota intestinal y la salud general.
La doctora Sylvia Benítez, gastroenteróloga y coordinadora del Servicio de Gastro en la CPC, resalta cómo este “segundo cerebro” es fundamental para prevenir diversas patologías, incluyendo ciertos tipos de cáncer.
“El 60% de las defensas del sistema inmunológico están en el intestino, en contacto permanente con la microbiota intestinal. Hay más microorganismos en el tracto digestivo que neuronas”, recalcó la especialista.
Más que bacterias
La microbiota intestinal es un ecosistema dinámico y vital. “No solo están ahí para perjudicar, sino que cumplen actividades metabólicas con relación a energía, a nutrientes y lo más básico de todo, protegen al organismo frente a la invasión de microorganismos extraños”, explica la doctora Benítez.
Entre sus funciones cruciales, sintetiza y absorbe vitaminas D y B, produce ácido butírico (un antiinflamatorio potente), antioxidantes y neuroquímicos esenciales. La doctora destaca que “el 90% de la serotonina, que es el mensajero de las hormonas de la felicidad, se produce en el intestino”.
También se produce GABA y dopamina. Esto solidifica la idea del intestino como un “segundo cerebro”, pues puede vincularse directamente con cuadros de depresión, ansiedad o trastornos neurológicos.
Cuando esta compleja comunidad de microorganismos se desequilibra, se produce la disbiosis. “Una disbiosis es una alteración de la parte biológica de estos gérmenes que constituyen nuestra microbiota”, señala la doctora. Este desbalance ocurre por la pérdida de cantidad, calidad o diversidad microbiana.
La alteración está ligada a diversas patologías prevalentes hoy día, como la enfermedad inflamatoria intestinal, diabetes, cáncer de colon, autismo, Alzheimer, depresión o hígado graso no alcohólico.
Tres pilares para la prevención: la clave está en el estilo de vida
La especialista de la SAV subraya que la prevención es fundamental. Hábitos cotidianos como el uso de ciertos fármacos (inhibidores de bomba de protones, antibióticos, AINES), una dieta deficiente (alta en azúcares, grasas, procesados) y el estrés impactan negativamente. Lo ideal es cumplir las 3 “F”:
- Ayuno intermitente: cenar temprano y desayunar más tarde permite al intestino regenerarse, aunque requiere evaluación médica.
- Ejercicio: la actividad física regular y la exposición solar son vitales para el eje cerebro-intestino.
- Fibra: consumir fibra de frutas, vegetales, ensaladas y granos es el prebiótico que nutre las bacterias saludables, promoviendo un ambiente intestinal equilibrado y la producción de butirato, un antiinflamatorio clave.
Estos sencillos cambios, concluye la doctora Benítez, son el camino hacia una microbiota sana, un sistema inmunológico fuerte y, en última instancia, una vida más plena y saludable.
Para obtener información de interés sobre prevención y tratamiento de enfermedades oncológicas se puede visitar la página web de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV): www.sociedadanticancerosa.org/ o seguirlos en las cuentas de redes sociales: Instagram como @sociedadanticancerosavzla, X (antes Twitter) como @SAnticancerosa y en Facebook como Sociedad Anticancerosa de Venezuela-SAV.
Nota de prensa