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11 de octubre del 2025

En un mundo marcado por tensiones energéticas, disputas territoriales y presencias militares extranjeras, Venezuela se encuentra en una encrucijada histórica. El conflicto por el Esequibo, la militarización del Caribe por parte de Estados Unidos y el cerco político-económico sobre el país configuran un escenario de asedio estructural. Sin embargo, este momento también coincide con una fecha profundamente simbólica: el 12 de octubre, Día de la Resistencia Indígena. En este marco, la espiritualidad ancestral, expresada en el movimiento marialioncero y en rituales como el baile Candela en Sorte y Quibayo, emerge como fuerza de reafirmación identitaria y soberanía profunda.

Guyana y el Esequibo:

La intensificación de movimientos militares en Guyana, especialmente en zonas cercanas al Esequibo, responde a intereses transnacionales que buscan consolidar control sobre recursos estratégicos. La presencia de asesores británicos y maniobras conjuntas con fuerzas estadounidenses revelan una avanzada geopolítica que excede lo territorial: se trata de blindar intereses energéticos y debilitar la soberanía venezolana, a través de una nueva escalada militar tutelada por el imperio norteamericano.

El Caribe como espacio de contención: Estados Unidos y su lógica hemisférica 

La creciente presencia naval estadounidense en el Caribe no es casual. Se inscribe en una política de cerco sobre países con recursos energéticos clave, donde Venezuela ocupa un lugar central. Esta arquitectura de presión busca condicionar decisiones internas, limitar alianzas estratégicas y proyectar una narrativa de “inseguridad regional”

El cerco no se limita al plano militar. Las sanciones económicas, el bloqueo financiero y la manipulación mediática configuran un asedio multidimensional. Las petroleras norteamericanas, que en otros momentos operaron en Venezuela, ahora actúan como instrumentos de presión indirecta, condicionando inversiones y acceso tecnológico. El objetivo: reconfigurar el mapa energético regional bajo tutela extranjera.

El 12 de octubre: resistencia espiritual como fundamento de soberanía 

En este contexto, el Día de la Resistencia Indígena adquiere una dimensión estratégica. No se trata solo de conmemorar el pasado, sino de activar una memoria viva que fortalezca la independencia cultural, espiritual y política. El movimiento marialioncero como patrimonio espiritual, con sus raíces en María Lionza o Yara Guaichia, expresa esta resistencia profunda. El baile Candela en Sorte y Quibayo no es solo ritual: es afirmación de territorio, de identidad, de poder ancestral frente a la neocolonizacion.

La independencia que la Republica necesita no se limita a lo económico o lo militar; Lo espiritual, la recuperación de saberes ancestrales, la protección de territorios sagrados y la institucionalización de la espiritualidad originaria son pilares de una soberanía que no puede ser negociada. La resistencia indígena no es un símbolo: es una estrategia soberana de defensa integral.

Autor: Richar S. Cox/Abogado internacionalista

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